Cuántas veces nos hemos encontrado ante una reunión de amigos o una celebración, con gente que siempre dice saber hacer el perfecto gin tonic. Incluso los chefs más considerados se han subido a este carro. Está claro que el gin tonic está de moda y más en estas fechas tan señaladas.

Por ello vamos a tratar de daros unas ideas y una receta sencilla para poder elaborar lo que sería el perfecto gin tonic, y quedar como los mejores anfitriones.
Los más sibaritas dicen que para evitar que un gin tonic sepa a todo menos a gin tonic, la clave está en potenciar el sabor de la ginebra y la tónica en la bebida. Para ello lo más recomendable es utilizar ingredientes botánicos que lleva la propia ginebra y no enmascaran su sabor.
Vemos en unos pasos como elaborar un excelente gin tonic:
- Utiliza una copa o un vaso de sidra, la amplitud es crucial para esta tipo bebida, ya que la ginebra necesita una boca ancha para que se oxigene y desprenda todo su aroma. Llénala de bastante hielo, preferiblemente hecho con agua mineral y macizo para que no se derrita enseguida. Enfría bien la copa girando los hielos con la cuchara y a continuación añade el ingrediente bótánico más recomendable según sea el tipo de ginebra que vas a utilizar. Acto seguido ya puedes añadir únicamente un trozo de corteza para aportar el aroma.
- Añade la ginebra. La proporción recomendable es de 4 partes de tónica por 1 de ginebra. Y volvemos a remover. Un truco para conseguir esto, es contar hasta tres segundos mientras la sirves o, lo que es lo mismo, decir en voz alta eso de 1001.
- Utiliza una tónica de gran calidad, punto muy importante y clave del éxito de nuestro perfecto gin tonic, y comienza a derramar la tónica lentamente. Es preferible colocar una cuchara junto a la parte superior del vaso y hacer que la tónica resbale sobre ella antes de caer sobre el resto de ingredientes. Este método se ha ido extendiendo a medida que el gin tonic se ha convertido en la tendencia de la noche.
Remuévelo todo de nuevo y ¡listo para servir! Seguro que quedas como el perfecto anfitrión, sin nada que envidiar al mejor barman de la noche.

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