





Quienes apreciamos la buena cocina y disfrutamos con la gastronomía somos sensibles a cuando un profesional mima un producto o, por el contrario, cuando lo destroza. En cocina es esencial tener unos cuchillos de primera calidad. Es la herramienta más importante, la que más en contacto va a estar con esa carne, ese pescado o esas verduras que, con tanta ilusión, queremos preparar para nuestra familia o nuestros amigos.
Un buen filo es esencial, no sólo para que el corte sea impecable, sino para evitar accidentes. Al contrario de lo que pueda parecer, si un cuchillo no está bien afilado, tendremos que forzarlo más, con lo que las posibilidades de que se nos escape hacia nuestra mano son mayores que si estamos manejando un buen cuchillo.
El equilibrio es otro parámetro que debemos tener en cuenta. En este punto debemos analizar el mango. Debe ser anatómico y ligero para que permita un buen balanceo y que quien lo use no termine con dolor en la muñeca o en los dedos.
La última característica que hay que examinar es el material. El acero inoxidable garantiza la higiene y la durabilidad de la pieza.
Es muy recomendable tener un cuchillo para cada función y conocer para qué sirve cada uno. Con ello obtendremos mejores resultados. Éstos son los básicos:
Un buen chef invierte en sus cuchillos y los mima. Le acompañan a donde vaya a cocinar porque son su herramienta de trabajo. Pero en la última década, con la influencia japonesa, las nuevas generaciones de cocineros tienen un vínculo con sus cuchillos que es casi como la que tenía el samurai con su Katana.
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